Aunque como comentamos recientemente la violencia en los videojuegos no es necesaria para disfrutar de éste, sí necesitamos violencia en nuestras vidas. Aparentemente la falta de violencia en el día a día hace que los hombres tengan una alta tasa de deserción escolar.
Así lo explicó Peg Tyre, la autora del libro The trouble with boys. «Actualmente expulsan a los niños cuatro veces más que a las niñas de pre-escolar, les prescriben enormes cantidades de medicamentos para controlar déficit atencional, tienen la mayoría de las malas notas durante su educación básica y desertan de la educación media en una mayor cantidad que las mujeres. Actualmente sólo el 43% de los estudiantes de pregrado son hombres» La solución al problema según Tyler es dejar que los niños sean niños y permitirles tener fantasías violentas.
Este tema sin duda encenderá el debate entre grupos contra la violencia en su cruzada casi religiosa, pero la verdad es que un hombre se relacionará con la violencia sin importar su entorno social, da igual si tiene una familia perfecta, padres divorciados, homosexuales, si es rico o si es pobre. Todos pensamos en torno a la violencia.
Cabe destacar que Tyler en ningún momento estuvo a favor de los videojuegos, al principio su libro iba en contra de los videojuegos y sobre cómo niños comunes y corrientes -como sus propios hijos- podían pasar horas viendo escenas violentas y no cansarse. Al regresar un día de un seminario para ayudar a gente con problemas de adicción a los videojuegos. «Me senté y jugué Halo con ellos, y mientras lo que veía era bastante violento, también ví que era una forma muy condensada de violencia… por lo que tomé otro enfoque hacia los videojuegos: quizás debería estar menos histérica respecto a ellos».
Tal como se indica en el artículo original, no es lo mismo sentarse a jugar Halo y Open Arena que jugar GTA IV, siendo el título de rockstar algo que requiere un poco más de madurez para entenderlo. Por otra parte en Estados Unidos las tasas de crímenes juveniles han descendido mientras que la cantidad de juegos violentos, la adopción de nuevas tecnologías y la disponibilidad de éstos ha aumentado considerablemente, por lo que no hay una relación directa entre ambos .
Lamentablemente la paranoia generalizada que hay respecto a los videojuegos y el contenido de éstos enceguece a las personas y actúa como una respuesta a algo que muchas veces es difícil de explicar, pero gente loca habrá en todos lados, y si se sacan los ojos por un control de PS2 también lo harán por quien se sienta mirando a la ventana en el bus o por quién se come la última tostada.