Cuando de seguridad ciudadana se trata, no hay ideas que no se deban considerar. En efecto, la seguridad de la gente claramente es un factor que define candidaturas e influye directamente en el ámbito político ya que a nadie le gusta vivir en un ambiente peligroso lleno de violencia y robos. Alternativas de solución existen muchas, unas buenas otras no tanto. Lo que a continuación les contaremos es una más, muy simple, y quizás por ello llama poderosamente la atención.
Supongan la siguiente recreación,
«Un día de Sábado por la tarde, agradable y soleado en una concurrida calle del corazón comercial de una ciudad. En una esquina en particular, se encuentran dos individuos fumando, con sospechosa mirada y actitud. Son «ladrones de bajo perfil» que con paciencia esperan a una desprevenida víctima para robarle su dinero o pertenencias.
En un momento determinado, uno de estos antisociales deja caer una colilla de cigarrillo y en breves instantes se escucha fuerte y claro pero con un sonido muy metálico,
«Por favor, le importaría a Usted recoger esa colilla de cigarrillo que acaba de botar al suelo?»
Sorprendidos, los ladrones giran la cabeza en dirección a la voz y se percatan que proviene de una cámara de vigilancia ubicada en un poste muy por sobre sus cabezas. No pasa ni un segundo y los dos individuos ya han iniciado una carrera hasta perderse por las calles.»
De acuerdo a
Reid planea llevar a cabo un concurso en los colegios del país para encontrar jóvenes que puedan aportar su voz a las cámaras. Sarcásticamente, algunos han dicho que no hay cosa que más aterre a los delincuentes que escuchar la voz de una pequeña escolar diciéndoles que dejen de portarse mal.
Según Reid,
«Al financiar y apoyar estos esquemas locales, el gobierno está incentivando a los niños a enviar un claro mensaje a
los grandes – actúen como antisociales y enfrentarán la vergüenza pública. Esto ayudará a evitar cosas como botar basura, andar ebrio, causar desordenes y también las reuniones de grupos de antisociales.»
Los expertos de la «ley y el orden» creen que una pareja de policías perfectamente pueden lograr el mismo resultado aunque admiten que los distraen de otras labores de orden más importantes.