Cuantas veces leemos los cuestionamientos sobre los efectos a la salud que podrían producir los equipos celulares. En efecto, sobran los informes que hablan de efectos al cerebro, propensión a generar tumores, etc., lo cual lamentablemente si es cierto, está y estará tapado lo más posible antes que no haya alternativa y deba ser «ventilado». Pese a lo anterior, los beneficios de un celular son innegables, y no nos estamos refiriendo al hecho que permiten que conversemos en cualquier lado, sino que constituye un aparato, que en casos de emergencia, puede salvar la vida de alguien. Esta es la historia de una persona que sigue viviendo gracias a un teléfono celular, pero no por las razones que todos podrían imaginar.
Tal como lo mencionamos en el párrafo anterior, parece ser que andar llevando un celular no sólo implica un cuestionado daño a la salud, ya que también puede salvar la vida de una persona, situación que comprobó el esquiador británico Thomas Murphy.
Murphy, esquiando en el resort de Les Deux Alpes en Francia, repentinamente fue atrapado por una avalancha, hecho de por sí mortal. Por suerte, Murphy sobrevivió a la avalancha misma, pero quedó bastante complicado, semienterrado y sin posibilidad de salir del lugar en que quedó.
Bajo las circunstancias narradas, su celular le entregó el primer apoyo valioso. Haciendo uso de él, logró llamar a un amigo británico el cual alertó a los servicios de rescate franceses. Sin embargo, los problemas para él no habían terminado. En efecto, una cosa es avisar a las cuadrillas de rescate y otra es que estas puedan ubicarlo. Y he aquí donde el celular tuvo la segunda intervención salvadora.
Cuando el helicóptero de rescate se acercó al lugar, Murphy encendió su teléfono, y empezó a moverlo con su mano. El destello fue suficiente para que la tripulación del helicóptero lo ubicara.
El equipo de salvamento ya estaba a punto de abandonar la búsqueda debido al mal tiempo.
La esposa de Murphy declaró a los medios,
«Eso es todo. Por ahora él se quedará en casa dedicándose a un hobby más tranquilo como coleccionar estampillas.»