¿Se acuerdan de la ley HADOPI en Francia y cómo era una violación a los derechos humanos por la forma en la que actúa? Los grupos pro copyright siguen haciendo de las suyas y es Chile quien se presta para tamaño abuso en esta ocasión.
Tal como la ley HADOPI, el gobierno busca desincentivar el tráfico ilegal material con derechos de autor en Internet, pero en vez de incentivarlo bajando el precio de libros y música prefieren banear del Internet a todas las personas que no puedan gastar el 10 o 20% de un sueldo mínimo en el costo aproximado de un libro, DVD o CD de música (así es amigos extranjeros, eso es lo que pagamos en Chile si es que es una «ganga»). Como si no fuera suficiente el gobierno quiere mantener una lista negra de sitios web sospechosos de alojar dicho material e impedir el acceso a este.
Mientras tanto en el congreso se desarrolla una pelea, ya que el diputado Gonzalo Arenas fué quien denunció el hecho y tildó al gobierno como «abusivo» por «[vulnerar] los derechos básicos de los ciudadanos», ya que -a diferencia de Francia y el resto de Europa donde se establecen claramente las sanciones- el proyecto de ley simplemente dice que se le cortará la conexión a las personas y se les impedirá el acceso a Internet sin estipular plazos ni demases.
El no especificar un debido proceso para el acusado de compartir archivos de manera ilegal es algo terrible en niveles inimaginables, ¿Qué ocurre cuando yo descargo material con copyright porque no tengo formas legales de hacerlo? Por otro lado el ciber-ejecutar a una persona por descargar algo de música para usos personales es una medida totalmente dispar con el cómo funciona la ley en el día a día, ya que a los flaites no se les prohibe escuchar regueton y comprar zapatillas nike a los conductores peligrosos no se les prohibe utilizar vehículos, a quienes roban en multitiendas no se les prohibe ingresar a cualquier tipo de tienda durante su vida y muy claramente a los políticos no se les prohíbe volver a candidatearse cuando hacen de las suyas con fondos fiscales. Tampoco le impiden la entrada a conciertos a las personas que no tienen los discos originales del artista, ¿O si?
A modo de opinión personal (y no me tilden de ningún bando, ya que ambas coaliciones me dan asco por igual) me parece irónico que la concertación impulse tan vehementemente y en tantas ocasiones diversas medidas que atentan contra la libertad y los derechos humanos de las personas, tal parece que el cambio nunca llegó.