La violencia en los videojuegos y su clasificación por edades ha estado «de moda» en este último tiempo. En efecto, la violencia de los juegos es sin duda alguna un tema recurrente y recientemente se han planteado una serie de medidas al respecto en distintos países. Así, en los Estados Unidos, hemos informado de la idea de evitar la venta de ellos a personas menores de 30 años. En Alemania, por su parte, el debate también es bastante acalorado con algunos que simplemente desean abolirlos. Por otro lado, la clasificación de ellos también es un punto bastante cuestionado y ha generado diversas posturas entre los entendidos.
En general, la temperatura sigue subiendo en relación al sistema de clasificación de videojuegos en los Estados Unidos, y ahora, un Senador Republicano de Kansas, Sam Brownback, ha reintroducido el Acta de
Actualmente, los clasificadores de juegos simplemente no los juegan, sino que ellos ven un video compuesto por cortos clips tomados de diversas partes del Software. Brownback reclama, en una declaración, que algunos de estos videos no representan adecuadamente el contenido de los juegos y por lo tanto no es una forma adecuada de clasificarlos.
Según sus palabras,
«Los revisores deben tener acceso a todo el juego para que su clasificación refleje realmente su contenido.»
El Senador también indica que una Oficina de Responsabilidad Gubernamental («Government Accountability Office«) debería llevar a cabo un estudio para determinar si el sistema de Clasificación del Software de Entretenimiento («Entertainment Software Rating Board» o «ESRB«) es eficiente o debe ser controlado por gente externa sin intereses financieros. Este estudio también podría evaluar el sistema de clasificación tanto del contenido televisivo como el de las películas.
Tal como se mencionaba al inicio de esta noticia, el contenido de los videojuegos ha sido bastante cuestionado luego de la condena del Papa en relación a la violencia en ellos y de diversas investigaciones de
El acta mencionada ya había encontrado oposición por parte de
necesarias para jugar todo el juego, lo cual algunas veces podría consumir más de 100 horas. Además, Lowenstein indicó que muchos juegos tienen varios finales y por lo tanto se hace difícil jugarlos en forma completa.
Ideas similares a la del Senador Sam Brownback ya han sido introducidas anteriormente por otros políticos sin encontrar el suficiente apoyo para que puedan ser votadas.