Como dice el dicho, lo prometido es deuda. Hoy les traemos la primera de una seguidilla de guías de edición de imágenes, en esta ocasión para el famoso programa GIMP que está disponible libre de costos para Windows, Linux y OS X. Para que las guías no sean del porte de una biblia partiremos con lo básico, que es el método de calibración, corrección y saturación, siendo lo primero que toquemos los niveles.
Obviamente, antes de tocar los niveles tenemos que tocar el programa, por lo que abrimos el GIMP y nos encontraremos con algo parecido a esto. Le damos al menú Archivo > Abrir y buscamos la imagen que queremos editar, teniendo una vista similar a ésta:
Una vez abierta nuestra imagen nos dirigimos al menú Colores > Niveles. Tal como lo indica la primera sección del curso, lo que los niveles hacen es calibrar o «nivelar» nuestra toma y mostrarnos los colores lo más parecidos a los colores que percibe el cerebro, ya que la cámara sólo puede capturar los colores en su manera real. Ese es uno de los motivos por los que usamos expresiones como «es que tenías que estar ahí» cuando una fotografía no le hace justicia a la escena en donde realizamos nuestra fotografía.
La ventana que nos aparecerá al abrir ese menú es la siguiente:
Si bien podemos usar los niveles con la ventana tal como aparece, estaríamos modificando la luz verde, roja y azul a la vez, lo que eliminaría todo propósito de «calibrar». Lo que la herramienta niveles nos permite hacer es separar o acortar la distancia entre el blanco más blanco de la imagen y el blanco absoluto o el negro más negro de la imagen y el negro absoluto, por lo que podemos «estirar» esas diferencias y hacer que el negro más negro de la imagen sea lo más parecido al negro absoluto y el blanco más blanco de la imagen sea lo más parecido al blanco absoluto. En términos simples, estamos haciendo que el editor de fotos procese la imagen como un cerebro humano y no como una máquina.
Lo que haremos entonces es seleccionar el primer valor individual (Rojo) y arrastrar las flechas de color negro y blanco hacia el interior hasta cuando comienza a levantarse la curvatura. Si seguimos arrastrando una vez que la curvatura se comienza a pronunciar estaremos eliminando información tonal y descalibrando la foto.
Como están modificando un sólo canal es normal que la imagen aparezca con un tinte rojo a medida que lo van realizando. Sin presionar aceptar u otro botón nos dirigimos directo a la selección de canal una vez que terminamos con el rojo y tomamos el verde para continuar nuestro trabajo.
Como pueden ver la imagen sigue cambiando, por lo que volvemos al selector de canal y elegimos el azul para terminar nuestro trabajo. Notarán que en este último canal no movemos la flecha negra que indica los tonos oscuros, ya que no necesita ser calibrada.
Obviamente lo que mencionamos ocurre solamente en esta imagen, pero a medida que vayas calibrando fotografías te darás cuenta que muchas veces no es necesario modificar algunos valores y en contadas ocasiones la imagen no se verá muy bien luego de calibrar. Como todo en esta vida, hay excepciones a la regla, y si te topas con una no te apegues ciegamente a lo que dice la guía, sino que trata de utilizar el sentido común. Una vez que terminamos este es nuestro resultado:
¿Qué tal sus resultados? ¿Notaron cambios ligeros como en la foto de acá o fue un mundo de diferencia? Los invitamos a postear sus resultados acá o en nuestro grupo en Flickr.