Sin lugar a dudas, la impresora es un dispositivo esencial de toda Empresa y porque no decirlo también, del hogar. En efecto, si bien las publicaciones digitales han cobrado mucha fuerza hoy en día, siempre es necesario dejar impreso en un papel la mayoría de los documentos con los cuales trabajamos, razón por la cual una impresora es tan importante. Hay de todos tipos pero son las de inyección a tinta y las láser las que predominan en el mercado. Las primeras están universalmente arraigadas en las oficinas y hogares sobre todo debido a su espectacular capacidad para imprimir colores. Las segundas, cada vez más expandidas en el mercado, presentan grandes beneficios al trabajar en blanco y negro pero la calidad en color (dentro de un precio razonable) todavía no es lo suficientemente buena en comparación con las impresoras a inyección de tinta. Por otro lado, la expansión de este mercado ha ido en aumento ya que el valor de estás máquinas ha sufrido fuertes reducciones en los últimos años, haciendo que los usuarios puedan acceder a ellas con mayor facilidad. Sin embargo, y a pesar que en general el valor de uno de estos equipos es hoy en día bajísimo, los insumos sigue siendo muchas veces prohibitivos para el común de las personas punto en el cual se centra este negocio. En efecto, comprar una impresora es muy fácil pero cambiar después los insumos es otro cuento y aquí es donde han aparecido, sobre todo para el insumo de las tintas, diversas versiones alternativas de menor costo, que han sido muy bien vistas por los consumidores pese a los esfuerzos de las grandes Compañías fabricantes de impresoras de «desacreditar» su efectividad. Una de estas Compañías es Epson, quién ha iniciado una verdadera cruzada legal mundial contra todos los insumos genéricos de sus tintas.
Recientemente, Epson llevó a tierras norteamericanas la disputa legal en contra de todas las Empresas que venden cartridges de tinta genéricos compatibles con los productos de la Compañía. Epson estaba muy confiada de su éxito en tierras americanas ya que en Europa y Asia había exitosamente ganado la mayoría de los casos.
Para felicidad de Epson, y tristeza de los consumidores, la Compañía siguió con su racha triunfadora en los Estados Unidos. La Empresa puso una queja ante la Comisión Internacional de Comercio de los Estados Unidos («United States Internacional Trade Comisión» o «ITC«) contra 24 Compañías en Febrero pasado. Las infracciones citadas iban desde fabricar cartridges de tinta en un «mercado secundario» hasta importarlos de otros países para venderlos en USA.
De acuerdo a Network World,
«De las 24 Compañías, cinco han aceptado llegar a un acuerdo con Epson, tanto ante la ITC como en la corte del distrito. Otras tres Compañías han accedido, frente a la ITC, a dejar de importar cartridges pero presentarán el caso en la corte del distrito. Otras ocho Compañías recibieron sentencias por defecto por parte de la ITC al no responder las acusaciones dentro del plazo otorgado, indicó Epson. Los juicios contra las restantes Compañías se iniciarán en Enero.»
La serie de victorias de Epson puede sentar un precedente a seguir por las otras Empresas fabricantes de impresoras. El mercado del insumo de cartridges de tinta es sumamente lucrativo para ellas y es por eso que Epson ha puesto todo su esfuerzo en protegerlo. De hecho, en un momento de su historia, Hewlett-Packard se volvió tan dependiente del negocio de los cartridges de tinta que durante ese periodo éste generaba casi la totalidad de las ganancias de la Compañía.
Los trucos que los fabricantes de impresoras han usado para amarrar a los usuarios a comprar carísimos cartridges han ido desde entregar versiones de menor volumen al comprar la impresora o incluir chips en los cartridges para evitar que los consumidores usen genéricos. Y no se debe olvidar el insumo de tinta que es reportado por la máquina como vacío cuando todavía puede imprimir docenas de páginas más.
A pesar de todo lo mencionado, lo que se está dando es esperable. Los fabricantes prácticamente están «regalando» las impresoras a inyección de tinta, atrayendo a los compradores con extremadamente bajos precios. Sin embargo, el negocio surge después, cuando se debe gastar el dinero en el primer y luego en los posteriores, recambios de tinta.
Por ejemplo, si se considera en USA el valor de la impresora Epson R220, el precio del fabricante es de $89.99 dólares. En las tiendas, y luego de todo tipo de rebajas y ofertas, se puede encontrar por aproximadamente $20 dólares. Sin embargo, el insumo «blanco y negro» de este dispositivo puede encontrarse a $17.99 dólares mientras que un pack con los cinco colores de la impresora cuesta $67.99 dólares. En resumen, cambiar todos los insumos de la R220 salé casi lo mismo que comprarla de nuevo considerando el precio del fabricante el cual, tal como lo se mencionó, es el valor más alto al que puede encontrarse el producto.
Y los fabricantes de impresoras se preguntan porque el mercado de tintas genéricas es tan éxitoso…