Todos conocen a Intel. Amado por algunos, odiado por otros, es definitivamente el actor más importante en la actualidad en el mundo del silicio y los microprocesadores y además de eso tiene la firme intención de participar en distintas iniciativas que amplíen su espectro de participación en la sociedad. Una de ellas es ser el patrocinador principal de la feria internacional de ciencia e ingeniería ISEF, que todos los años reúne a miles de estudiantes de todo el mundo, entre ellos varios equipos sudamericanos. Estuvimos presentes en la feria, que este año se realizó en Reno, Nevada, y nos deslumbramos con muchos proyectos que a primera vista parecían imposibles para un grupo de chicos y les trajimos nuestras impresiones en esta nota.
A pesar de que la presencia sudamericana en la feria era bastante baja en comparación con la enorme cantidad de jóvenes participantes de Estados Unidos y otros países (68 latinoamericanos vs 1200 participantes totales), fue notable ver como equipos de Chile, Argentina, Uruguay, México, Brasil, Costa Rica y Colombia mostraban en sus proyectos sus inquietudes que van directamente relacionadas a las problemáticas del mundo actual. Había una gran cantidad de proyectos dedicados al estudio del medio ambiente, la mejor utilización de los recursos de nuestro planeta y a encontrar materiales y energías alternativas a las actuales.
Había muchos, muchos proyectos en exposición. La feria constaba de varias fases durante toda una semana (nosotros tuvimos acceso sólo un día ya que el resto del tiempo estaban los jueces y los participantes a puertas cerradas, lo que parece natural). Conozcamos algunos de los proyectos (ya que es imposible ponerlos todos, créanme) de los jóvenes participantes.
Brasil también estaba presente y Craig Barrett en persona estuvo de visita en el stand.
El proyecto de Nigeria nos dejó con la boca abierta: según ellos se podía crear una especie de máquina de movimiento perpetuo (algo que viola la segunda ley de la termodinámica por si no lo saben) de manera de generar energía eternamente… la verdad es que o yo no entendí el proyecto muy bien o estos chicos realmente la rompen.
Un equipo de Turquía presentaba una tecnología que permitía recargar baterías utilizando energía generada por bacterias.
En energías alternativas, un chico estadounidense nos mostraba su idea: capturar los rayos y almacenar su energía.
En resumen, una megareunión de jóvenes realmente capos en un ambiente donde los premios Nobel de todas las épocas se paseaban entre los pasillos conociendo los proyectos y recibiendo tratamiento de rockstars. Si les gustan los experimentos locos, inolvidable.
¿Qué les parece a ustedes que se estimule el amor por la ciencia desde temprana edad? ¡A nosotros nos encanta, por cierto!