Nuestro mundo actual está lleno de señales inalámbricas que actúan invisibles alrededor de nosotros. Entre ellas, está la masificada tecnología Wi-Fi que permite conectividad inalámbrica a redes e Internet. Este sistema se ha vuelto cada más conocido y usado por la libertad que confiere a sus usuarios al no tener que usar cables conectados al PC. Sin embargo, conlleva algunas desventajas. En efecto, para gente inexperta, la seguridad de este sistema puede ser puesta en jaque. Quién no se ha colgado alguna vez de una señal Wi-Fi que encontró por ahí por mientras usaba su Notebook? Para muchos, el poder hacer esto implica un descuido de los que pagan por el servicio ya que claramente hay formas de proteger y «cerrar» la entrada a usuarios no deseados. Sin embargo, acá en nuestro país, hacer ese tipo de «engaños» no pasa a ser muchas veces más que una anécdota aunque en otras partes del mundo es mucho más grave.
En Singapur, un adolescente enfrenta una posible condena carcelaria luego de haber admitido que se conectaba ilegalmente al servicio de Internet inalámbrico de su vecino.
Garyl Tan Jia Luo de 17 años está siendo acusado bajo el «Acta de Mal Uso Computacional» y podría ser condenado hasta con 3 años de prisión.
La situación no es menor ya que incluso el joven ha tenido que solicitar los servicios de un abogado para defenderlo en la Corte. Según Straits Times, el abogado de Tan indicó que el adolescente,
«…está profundamente arrepentido por sus acciones.»
Si bien el Juez del Distrito, Bala Reddy, ya indicó preliminarmente que no le daría a Tan la mínima sentencia posible, le preguntó a éste si estaría dispuesto a enrolarse tempranamente en el Servicio Nacional Obligatorio de ese país para efectos de «evitar posibles nuevas travesuras«.
Está demás decir que Tan aceptó la oferta y actualmente el caso está en receso por mientras el Juez piensa en una adecuada sentencia.