Elijah, lector de Consumerist, compró un notebook Dell que falló y envió a garantía sólo para tener de vuelta un equipo inferior y con problemas.
Aunque no se mencionan los modelos de equipo en cuestión, el notebook enviado como «reemplazo» tenía una pantalla de 1600×900 pixeles en vez de 1920×1200, carecía de teclado numérico, problemas con las teclas F y el sistema detecta que se presiona la tecla Control aleatoriamente, algo bastante incómodo para el uso diario.
Elijah se contactó con diversos ejecutivos de Dell una vez que los canales formales de comunicación no le dieron resultados, pero siempre lo redirigieron al mismo encargado de soporte que se negó rotundamente a cambiarle el equipo porque el modelo que le enviaron tenía «funciones comparables». Para empeorar las cosas no puede demandar, ya que el contrato tiene una cláusula de arbitraje obligatoria, algo que casi siempre termina a favor de las empresas.
Al parecer la única forma de que Dell no te trate como una basura es comprando directamente a su línea de negocios.