La transformación digital de su empresa no es una simple cuestión de elección. Quienes no incorporen la variable digital a la planificación estratégica van a perder el viaje hacia el futuro.
De nada sirve quedarse esperando hasta poder saber con absoluta seguridad hacia qué lado va a soplar el viento. Alistar las velas del barco fue una tarea para ayer. El consumidor ya se ha embarcado en ese viaje y no se va a detener a esperarlo a usted.
Esto supone un enorme desafío para las empresas. Más aun considerando que ahora, justo cuando las organizaciones empiezan a entender el ambiente de Internet y la resolución de las tecnologías móviles, vemos como las redes sociales dan un giro al tablero y dictan las nuevas reglas del juego. Por ello, definitivamente, la digitalización de las empresas es un camino sin retorno.
Sin embargo, eso no significa que las empresas tengan que emprender esta cruzada sin la ayuda de una brújula. Hoy, más que nunca, es necesario planificar. Antes, la planificación del área de Tecnología de la Información (TI) era un proceso aparte, pues era considerada un soporte para las actividades de la organización, pero actualmente esa situación ha cambiado, y TI debe integrarse a la planificación estratégica de la propia empresa.
Hora de Repensar los Negocios
¿De qué manera las tecnologías disruptivas pueden impactar en su industria? ¿Cuáles son los nuevos negocios digitales que se deben desarrollar? ¿Qué unidades pueden ser descontinuadas porque se volvieron obsoletas en el mundo digital? ¿Qué negocios del mundo físico deben ser incorporados al medio digital y qué sinergias pueden crearse con eso? Son muchas preguntas que exigen respuestas del nivel de decisión más alto de la compañía. Es el nivel denominado Business Digital Transformation, la “Transformación Digital de los Negocios”.
La mirada digital sobre el futuro es clave. Si no la tenemos en cuenta, será imposible prosperar en este nuevo ambiente de negocios, en el que algunos mercados pueden simplemente desaparecer. Con la evolución de las tecnologías de Inteligencia Artificial, por ejemplo, una gran parte de la atención de nivel 1 en el sector de Call Centers puede ser sustituida por máquinas en los próximos cinco años. Eso ya es una realidad en los mercados más avanzados y esa tendencia llegará. Es algo inevitable.
Hacer un seguimiento de ese proceso en permanente cambio es exhaustivo, pero absolutamente necesario. Nuevas disrupciones tecnologías se avecinan, como Internet de las Cosas – la integración de software y hardware en equipos de uso diario -, lo que cambiará radicalmente el mundo de los negocios en los próximos años. Esa tecnología dejara muy pronto la fase experimental y se usara en todos lados, transformando los hábitos de los consumidores y la estrategia de las empresas.
Transformación de los Procesos de Negocios
Para embarcarse en el viaje digital, la empresa necesita contar en su planificación estratégica con mucho más que un mapa de amenazas y oportunidades tecnológicas. Al final, todo ese discurso de transformación no contempla únicamente a donde queremos llegar, sino también de qué manera lo haremos. Nos encontraremos entonces en la etapa de Business Process Transformation o Transformación de los Procesos de Negocios.
Es un paso esencial para poder aprovechar los beneficios en materia de productividad que resultan de la transformación digital de las empresas, partiendo de la premisa de que no hay procesos dentro de una empresa que no puedan someterse a cambios. Pero esto nos plantea un dilema: ¿qué debemos cambiar? En realidad, las posibilidades son tantos que es muy fácil perderse entre todas las opciones que están disponibles en el mercado de tecnología.
Un buen camino para tomar la decisión correcta es no olvidarse de la perspectiva estratégica de la organización. El objetivo final es lograr una transición adecuada de la empresa hacia el nuevo escenario: el primer paso es mapear los procesos que tendrán un mayor impacto digital dentro de la planificación de la compaña. Es importante considerar que no se trata de cambiar solo por el hecho de cambiar. Lo que es fundamental para una organización puede tener poco impacto en otra. Por eso es muy importante el filtro estratégico de los procesos. Al final, la transformación tecnológica debe tener sentido para su empresa, su negocio y su cliente, de otro modo solo será dinero mal invertido.
Una vez identificada las prioridades, es necesario analizar minuciosamente las inversiones y los plazos asociados a la digitalización, así como el potencial de reducción de costos y los ingresos que serán generados con la transformación digital. Este análisis se lleva a cabo junto con un levantamiento de los productos y servicios que están disponibles en el mercado para satisfacer esa demanda específica.
Al cruzar esos datos, se podrá determinar una solución ideal basada en la relación entre costo y beneficio para la empresa.
A pesar de todas las dificultades de esta transición, tenemos que verla con optimismo. En los próximos años, se abrirá una enorme ventana de oportunidades para lograr incrementos de escala, de productividad y de generación de ingresos para las empresas que estén dispuestas a emprender la transición y cambiar sus modelos de negocios.
Y la buena noticia es que todo ese cambio aún está en su inicio. Muchas empresas, incluso las gigantes en sus respectivos sectores, todavía están perdidas en ese océano, sin saber exactamente a dónde tienen que llegar. Y eso no ocurre solo en los mercados emergentes, como América Latina y en nuestro país. Se trata más bien de un fenómeno que también afecta a las organizaciones de países que representan la vanguardia tecnológica, como los Estados Unidos. Por lo tanto, aquellos que tomen la delantera tendrán ventajas para explotar las nuevas posibilidades de la cultura digital.
Columnista Invitado: Rubén Bruno, Head of Consulting, Mercado Internacional, TOTVS