Liskula Cohen, una modelo de la revista Vogue ganó un caso contra un(a) blogger que mantenía un sitio dedicado a hablar sobre cosas sin sentido como farándula gringa.
La página alojada en Blogger y a cargo de la usuaria «psychotic, lying, whoring…skank» (les dejo la traducción a su criterio) tenía comentarios que -según el juez que vió el caso- podían interpretarse como difamatorios a pesar de que no eran más que la opinión personal de alguien y demandó que se revele la identidad de la persona detrás del teclado.
La pregunta no es si los comentarios fueron desagradables o no, pero hasta qué punto es una opinión y en qué minuto se transforma en un punto de vista. ¿Creen que deba revelarse la identidad del/la blogger enmascarada o se está violando su derecho a la libre expresión?