Que tienen en común un buen partido de fútbol o de baloncesto (en el caso de los norteamericanos), con los autos y con los Computadores? Bueno, la respuesta quizás no es tan trivial, pero se ha demostrado muchas veces, para el caso de los dos primeros (los deportes y los automóviles), que cualquier hombre los prefiere frente a muchas otras opciones. Ahora, una encuesta incluye en ese «selecto» grupo a los Computadores.
Más del 65 % de los norteamericanos gastan más tiempo en sus Computadores que el que dedican a sus esposas u otras tareas.
De acuerdo a una encuesta conducida por Kelton Research, el 84 % de los encuestados indicó que ellos eran ahora más dependientes de su Computador casero que lo que lo eran hace tres años atrás.
En la encuesta, los examinados también reclamaron que ellos «pierden», en promedio, doce horas al mes intentando reparar las fallas que se producen en sus equipos.
En relación a este mismo tema, DigitalTrends.com «escarbó» un poco y consultando a un experto del área, el Doctor Robi Ludwig, éste indicó que a medida que los Computadores se vuelven más influyentes en la vida cotidiana, las relaciones con los equipos empiezan a hacerse tan importantes como las relaciones entre las personas.
El Doctor agregó, que cuando ocurren problemas con un Computador, las personas están empezando a sentirse frustradas y desalentadas.
La investigación fue encomendada por un equipo de soporte de fallas de Computadores y de sistemas tecnológicos, SupporSoft, luego, muchos irónicos han indicado que si no se usan los servicios de esta Empresa, el matrimonio de alguien puede terminar abruptamente.
Pese al origen de la encuesta, el hecho claro es que cada vez las personas se están encerrando más en ellas mismas, olvidando que las interrelaciones con los demás son importantísimas para todo ámbito ya sea laboral, personal, etc., y los Computadores han sido fundamentales en este proceso. Qué mejor ejemplo es el éxito y la proliferación de todo tipo de contactos virtuales, en los cuales muchas veces las personas ni siquiera llegan a conocerse. Sin duda alguna algo para meditar.