El tema del daño que los videojuegos les hacen a las personas es bastante «añejo». En efecto, hemos visto desfilar una gran cantidad de noticias que cuentan como este sector ha sido atacado de las más variada formas; investigaciones científicas, juicios, etc., son algunos ejemplos de acciones que se han llevado a cabo contra una Industria que es muy lucrativa. Ahora, es Nueva York, la famosa ciudad del plan «tolerancia cero», la que está intentando arremeter nuevamente contra ese sector.
El Estado de Nueva York está planeando una ley que impediría la venta de algunos juegos de video a personas menores de 30 años.
La ley está siendo promovida por la demócrata Aurelia Greene, miembro de
La idea de Greene conlleva a una serie de medidas, siendo una de las principales el tener que colocar los juegos «sancionados» debajo del mostrador para que estos no puedan ser vistos por «jóvenes», porque tal como irónicamente algunos medios de prensa han indicado,
«…los americanos de 29 años de edad son fácilmente impresionables.»
Lo paradójico de esta historia, es que si la ley es tomada en cuenta por el Estado de Nueva York, entonces las personas de menos de 30 años son consideradas maduras para fumar, beber, conducir un automóvil, tener sexo, casarse y votar, pero no para comprar una copia de Counterstrike.
La propuesta de Greene ha sido transferida al Comité de Asuntos y Protección del Consumidor («Committee on Consumer Affairs and Protection«) de la Asamblea de la ciudad. Sin embargo, no hay mucho que temer ya que posee la misma «verborrea» de leyes similares que han sido rápidamente desaprobadas por ser consideradas inconstitucionales.
La verdad es que cuesta un poco entender el porqué la señora Greene cree que alguien que ha alcanzado el mágico número 30 por edad, es más maduro que alguien que tiene 28 años.