Les hemos contado muchas veces de diversos intentos, por parte de políticos de la ciudad de Nueva York, de supervisar todo lo relacionado con el sector de los videojuegos. La razón radica en la siempre cuestionada influencia que ellos tienen, sobre todos los juegos violentos, en los jóvenes y adolescentes. Generalmente, las medidas propuestas muchas veces llegan a causar risa por lo extrañas que pueden llegar a ser y, ahora, Nueva York vuelve a arremeter.
Los Senadores Martin Golden y Andrew Lanza, están planeando introducir una legislación que mantendrá a los niños alejados de los juegos considerados inapropiados para ellos. Los Senadores planean, primero que nada, crear un sistema que monitoreará cuán efectivo es el Sistema de Clasificación del Software de Entretenimiento («Entertainment Software Rating Board«) en mantener los videojuegos alejados de los menores.
Los Senadores también pretenden dejar como ilegal el acto de vender un videojuego sin su correspondiente clasificación, tanto para los que son nuevos como para los que son usados. A quién sea sorprendido vendiendo un juego no clasificado, sería multado o posiblemente enfrentaría una condena no determinada aún. Todos los fondos recaudados mediante este concepto serían usados para un programa propuesto por los mismos Senadores.
El Programa de Conocimiento de Antiviolencia Padre-Profesor («Parent Teacher Anti-Violence Awareness Program«), es uno que les permitirá a padres y profesores trabajar con estudiantes y niños en temas relacionados con la violencia en los juegos. Este programa educaría a padres en relación a
Como lo habíamos mencionado, no es la primera vez que esta ciudad intenta controlar la distribución de videojuegos aunque hasta el momento no ha tenido mucho éxito, situación que se ha repetido en otros Estados de USA.