Cada cierto tiempo les contamos de uno que otro estudio que es llevado a cabo en relación a la influencia de los videojuegos en las personas. En efecto, al ser este sector uno muy lucrativo, muchas miradas están puestas sobre él. Así, hay investigaciones que han concluido que ciertos juegos ayudan a mejorar la visión y la capacidad de percepción. Otros, por el contrario, han llegado a aseverar que los juegos con violencia afectan negativamente a las personas, sobretodo a los menores. Por último, y uno de los más recientes, indica que el jugar juegos de carrera vuelve a las personas «más irresponsables» en la conducción real. Sin duda alguna, estudios de este tipo seguirán apareciendo y a continuación les presentamos otro, que habla del tema de la violencia, el cual siempre esta en el tapete de la discusión.
En general, últimamente ha habido gran polémica en relación a cual es el impacto que los videojuegos generan sobre las personas jóvenes. Se ha hablado de adicción, pérdida de sensibilidad, paranoia, etc. Un estudio publicado por la revista «Psychology, Crime & Law» («Psicología, Crimen & Ley«) concluye que las personas con «personalidad estable» no son afectadas por los videojuegos violentos.
Los investigadores hicieron jugar a 110 niños y 15 niñas, con una edad promedio de 14.6 años, Quake II por 20 minutos, luego de estudiar el perfil de personalidad de cada uno de ellos. Niveles de enojo fueron medidos antes y después de la sesión de juego. Los investigadores descubrieron tres grupos muy diferenciados luego de analizar los resultados. Setenta y siete participantes mantuvieron el mismo nivel de ira. Por otro lado, 22 jóvenes mostraron el doble nivel de enojo en comparación con el que tenían antes de ponerse a jugar. Finalmente, 8 de los participantes se encontraban, antes de jugar, en un estado bastante alto de enojo y luego de los 20 minutos de juego lo redujeron a niveles normales.
En general, el estudio como conclusión, definió a dos grupos de jugadores: personalidades estables o jugadores con estados emocionales susceptibles ha cambiar durante el juego. Además, las personas molestas o enojadas tienden a tranquilizarse durante la sesión de entretención mientras que aquellos que son calmados suelen agitarse.
Como siempre pasa con este tipo de estudios, los autores de éste en particular, entienden que cualquiera correlación entre el enojo y la agresión no es para nada directa y de hecho, es poco clara, aunque aseguran que el próximo paso que pretenden dar es realizar una prueba con un mayor espectro de personas y diferentes tipos de juegos, lo que les podría aportar mayores antecedentes.
Seguramente para muchos ya es muy claro que independiente de los resultados obtenidos por este estudio, la posible relación entre los videojuegos violentos y la violencia en la vida real, seguirá siendo estudia por investigadores a lo largo del mundo.