A diferencia de una conexión hogareña, en que con el consumo de contenidos como streaming, juegos y múltiples conexiones, suelen consumir y necesitar una alta velocidad de conexión a internet, no todas las organizaciones requieren de esta.
En la mayoría de los casos, y lo que marca la verdadera diferencia para muchos tipos de negocios, es tener una alta tasa de Uptime. Este consiste en no sufrir desconexiones que puedan afectar el normal funcionamiento del negocio o, mucho peor, en el caso de servicios críticos como hospitales y clínicas, televigilancia urbana, sincronización de semáforos, por nombrar solo unos pocos.
Contar con la conexión que más beneficie un negocio en particular puede ser clave para destacar sobre la competencia. Un rendimiento óptimo que permita satisfacer las necesidades de la compañía permitirá, a fin de cuentas, ofrecer el mejor tipo de experiencia para el cliente y llevar de manera eficiente los diferentes procesos internos y posibles contactos con proveedores, por ejemplo
Pero, además del Uptime, ¿Qué aspectos son claves al seleccionar la velocidad necesaria para la conexión de internet de una compañía?
Necesidades de la empresa. ¿Cuántos colaboradores tiene la compañía? ¿Para qué se utilizará específicamente la conexión a Internet? Estas y otras preguntas son claves para determinar el tipo de conexión que se necesita en la organización, la que puede ser más básica o de alta velocidad, en caso de, por ejemplo, utilizar aplicaciones en la nube intensivas. Hoy existen soluciones inalámbricas con velocidades de hasta 10Gbps, mediante enlaces completamente dedicados y simétricos.
Ancho de banda requerido. Este se refiere a la cantidad de datos que pueden transmitirse a través de la conexión de Internet en un período de tiempo determinado. Para realizar el cálculo necesario para empresa en particular es necesario sumar los requisitos individuales de cada actividad en línea.
Crecimiento futuro. Si es esperable una expansión exponencial de un negocio, es necesario considerar una conexión que se ajuste a las necesidades del futuro inmediato y, de esta manera, no comprometer el rendimiento que se necesitará eventualmente.
Evaluar proveedores. Es importante investigar las mejores opciones disponibles. Comparar diferentes planes y velocidades es esencial, así como tener claridad sobre la garantía de velocidad y el soporte técnico que brindan.
Pruebas y monitoreo. En ocasiones la velocidad de conexión no es entregada de manera consistente. Existen herramientas que permiten monitorear el rendimiento para identificar posibles problemas y resolverlos de manera rápida y eficiente.