Blizzard a lo largo del tiempo ha transformado Diablo III, un título que no ha sido muy bien recibido por los fans, en uno de los Action RPG más gratificantes y divertidos que he jugado en el último tiempo. En las más recientes actualizaciones el juego ha tenido grandes cambios especialmente en lo que se refiere a End Game, con Loot 2.0, Adventure Mode y el nuevo sistema Paragon, los jugadores tendrán múltiples formas de personalizar su personaje en un juego que ya no tiene fin.
Uno de los grandes cambios que se han realizado a vistas de la expansión ha sido el Loot 2.0. Ya quedaron atrás los días donde recogíamos items con atributos que para nosotros eran inútiles y no quedaba más que desencantar o vender. El nuevo sistema entrega items específicos para cada clase abriendo aún más las posibilidad de actualizar tu equipo, además de tener más oportunidades de obtener un legendarios, especialmente a partir de la dificultad Torment I. Con este sistema, después de llegar a Nivel 70, te sentirás más recompensado por el tiempo invertido en tu personaje, obteniendo más loot útil y experimentar más seguido la emoción de recoger un legendario.
A pesar de que el loot es una parte importante de Diablo III, Blizzard quiso apostar más allá con un sistema familiar para los antiguos jugadores de Diablo II. Ahora cada nivel Paragon te otorga un punto para agregar en una variedad de atributos principales, ofensivos, defensivos y de utilidad, entregando más posibilidades para personalizar nuestro personaje. Después de un par de horas de juego en nivel 70 pegar un par de millones por golpe te parecerá poco y tus items ya no te parecerán dignos de tu poder, lo que nos lleva a una de las características más llamativas de Reaper of Souls, Adventure Mode.
La esencia de Diablo sigue intacta, enfrentarse a decenas de demonios en busca de experiencia e items, sin embargo, el método a cambiado un poco respecto a como lo hacíamos en el título original. Al llegar a nivel 70 desbloquearemos el modo Adventure que consiste en una serie de misiones o Bounties en distintos mapas con objetivos específicos como completar eventos, limpiar cuevas, matar cierta cantidad de demonios o jefes. La magia de este sistema es que al completar 5 Bounties por Acto nuestro buen amigo Tyrael nos dará un Horadric Cache, un caja que contiene items, gemas, Blood Shards y materiales para Craftear. En cada Bountie o misión recorreremos lugares familiares de la campaña de Diablo III y RoS pero con el simple objetivo de ganar experiencia y Loot, pero además nos premiará con Rift Key Fragments que al obtener 5 podremos abrir el portal hacia un Nephalem Rift. Estos Rifts son mapas generados aleatoriamente llenos de una increíble variedad de demonios y criaturas Elite con 25% más de probabilidad de obtener items (¡Legendarios!). Cada Nephalem Rift tiene como objetivo aniquilar demonios hasta completar una barra y así invocar a un Rift Guardian cerca de nuestro personaje, una pequeño jefe de recompensa después de todo el derramamiento de sangre.
Con todas estas posibilidades para obtener nuevo equipo se suma a nuestra pandilla la Mystic, con la habilidad de encantar y transmogrificar items. Encantar nuestro equipo nos da la oportunidad de cambiar uno de los atributos por otro que nos sea más conveniente, esto a cambio de materiales y algo de oro. Blizzard además ha tomado una idea de su título estrella World of Warcraft, que a pesar que no afecta directamente a como se desenvuelve nuestro personaje, si nos ayuda a sentirnos más conformes con la apariencia de este.
Ser parte del End Game de Diablo III Reaper of Souls es más fácil que nunca. El Acto V, con una duración de más o menos 6 horas, nos lleva a Westmarch donde Malthael quien se apoderó de la Soulstone está llevando a cabo un plan aniquilar a toda la humanidad. Westmarch es un lugar sombrío y la presencia del Ángel de la Muerte se siente en cada rincón y taberna del pueblo, sin embargo, es un pueblo más «vivo» que otros que hayamos visitado ya que en varios lugares podremos encontrar eventos, misiones secundarias o interactuar con ciudadanos en peligro, algo poco común en juego original. El Acto V logra seguir una sola linea a nivel gráfico, incluso hasta el último encuentro contra Malthael, que sumado a la excelente banda sonora logra crear un ambiente más tétrico y llamativo, diferenciando así a los antagonistas de ambas campañas.
En toda esta batalla por la humanidad se suma un nuevo campeón, el Crusader, que parecido al Paladín de Diablo II destruirás demonios con el poder de la luz y fuerza física. El Crusader es una buena adición para los que juegan en grupo ya que con su gran capacidad para recibir golpes se hace mucho más fácil limpiar Bounties y Rifts en las nuevas dificultades como Torment VI. Esta clase no se juega muy distinto a otras que también son Cuerpo-a-Cuerpo, sin embargo, su gran resistencia es lo que lo diferencia del resto.
Conclusión
A pesar de que el loot 2.0, el nuevo sistema Paragon y las nuevas dificultades fueron agregadas de forma gratuita en el parche 2.0, Reaper of Souls obtiene gran parte de su gloria debido al nuevo modo Adventure, otorgándole a este título el tan anhelado End Game que todos los fanáticos esperaban. Invertí horas y horas en Adventure Mode solo por hecho de que el juego es divertido y me daba curiosidad saber cual sería mi próximo legendario, solo estos dos factores me mantuvieron entre la silla y el teclado hasta altas horas de la noche. Gráficamente Reaper of Souls se diferencia de su antecesor y genera un ambiente nuevo e interesante, aunque la historia no alcance el mismo nivel. Cada minuto, Bountie o Rift logra darte la satisfacción de haber conseguido algo para tu personaje, dando lugar a jugadores casuales en un juego considerado Hardcore como también dejarte adicto a las piñatas de items. El salto del título original a su primera expansión en grande, pero más gratificante que nunca.
