Ubisoft presenta un proyecto completamente diferente a todo lo que hayan lanzado antes, y que no se parece a nada que hayas jugado antes. Se trata de For Honor, un juego donde vas a poder entablar épicos duelos entre algunos de los guerreros más icónicos de la historia. Con hachas, espadas, garrotes y otras armas vas a poder enfrentarte a la computadora y a otros jugadores en single player y multijugador.
For Honor es un título complicado de describir, que no se parece exactamente a nada, pero sí tiene detalles de otros juegos. El título, a primera vista puede parecer una especie de Dark Souls porque durante la campaña te vas a ver recorriendo diversas áreas, matando enemigos con golpes lentos pero precisos, y viviendo la historia. La comparación no es del todo desacertada, aunque vas a tener que jugar con tres facciones (caballeros, vikingos y samurai) y no con un solo personaje. Sin embargo, las mecánicas, las muertes, los escenarios, todo lo demás funciona distinto y ahí es donde te das cuenta que en realidad estás jugando un juego de pelea disfrazado de otra cosa. El jugador debe aprender a encadenar movimientos, y hacer ataques precisos con la misma lógica de un juego de lucha.
Encontramos particular conjunción entre guerreros y guerreras que proceden de tiempos ancestrales para librar una batalla eterna entre 3 facciones (Samuráis, Vikingos y Caballeros) con características muy distintas entre sí, tanto de personajes como estilo de juego. Mientras los ‘Vikingos’ se centran principalmente en el ataque directo y los movimientos impredecibles, siendo prácticamente implacables ante los rivales que se resisten a cubrirse; los ‘Samuráis’ prefieren ofrecer movimientos más técnicos y eficaces, aunque su disciplina será un punto en contra ante los enemigos que conozcan sus técnicas; y finalmente los ‘Caballeros’, que vienen a a aportar un punto equilibrado entre técnica y ofensa, sin terminar de sobrepasarse en una u otra.
Esto es algo que ha aportado mucho juego al permitir dentro de las mismas categorías 3 tipos diferentes de jugadores por categoría (9 en total) que iban traduciendo el sistema de combate -que asigna puntuaciones acorde con el cumplimiento de objetivos en batalla-, en nuevos personajes desbloqueables. Un detalle interesante en este apartado inicial, es que a pesar de que el juego nos sugiere escoger una facción, diseñar nuestro propio escudo e insignia de nuestra casa ancestral y crear nuestra propia versión de luchas entre los Stark y los Lannister de Game of Thrones en For Honor, el título nos permite previo al inicio de cada combate escoger la facción y jugador que queremos usar antes de encarar un nuevo duelo. Esto ha sido muy importante a la hora de afrontar distintos tipos de jugadores sin perder versatilidad.
Por ejemplo, dentro de la línea de Caballeros, Vikingos y Samuráis nos encontramos con tres iniciales de peso pesado: Guardiana, Invasor y Kensei. Después de cada batalla, los puntos de experiencia adquiridos nos permiten subir de nivel y a su vez canjear las monedas recolectadas por nuevos guerreros(as) con diferentes estilos de combate. Esto abre la posibilidad de «adquirir» nuevos combatientes dentro de la misma facción pero con habilidades, técnicas y combates más diversos. Así, en la facción de Caballeros, podemos intercambiar entre la Guardiana, una luchadora de vanguardia con capacidad cobertura fija que es pieza clave para hacerle frente a jugadores que usen ataques rápidos, a la Pacificadora, una asesina intermedio de contra ataque rápido muy letal para encarar a jugadores que utilicen combatientes más pesados, o una Invasora en la facción de Vikingos que con escudo pueda cambiar entre cortes sinuosos y manos dobles pesados.
Si a esto sumamos que los puntos ganados pueden ser intercambiados por armas de ataque rápido, como bombas de dimerita, ballestas, lanzas cortas y otros artilugios de combate, aunado a la capacidad de dotar a nuestras armas de venenos, retardantes de movimiento e incluso aceleraciones de hemorragia, nos encontramos con una interesante ventana de posibilidades para encarar los diferentes enfrentamientos, otorgando a cada jugador una amplia gama de oportunidades para ir definiendo un estilo táctico que mejor se acople a nuestro estilo. Y esto es sin duda uno de los aspectos que más nos han gustado de For Honor, al no tratarse de un juego de machaca botones en que una sola tecla sirva para cubrirse y otra para atacar, siendo todo lo contrario, a través de un juego fácil de entender, pero complejo de dominar por las diferentes modalidades que el juego presenta.
httpss://www.youtube.com/watch?v=wHI5LG37_pI
Un claro ejemplo de esto lo vemos en los combates de duelo contra la IA u otros jugadores, en el que las ‘Flechas’ del control sirven para pasar de cobertura (si el rival hace ataque aéreo debemos cubrirnos con ‘Flecha arriba’, pero si es lateral usar la ‘Flecha izquierda’ o ‘Flecha derecha’ para mantener la guardia y poder contrarrestar el impacto) y cuestión de micro-segundos pasar rápidamente a combate observando los movimientos de defensa del rival y atacar la posición contraria (si el rival cubre su guardia superior con la ‘Flecha arriba’, pasar nosotros a cambiar la posición de ataque por la izquierda) con el riesgo de descuidar nosotros la guardia superior e izquierda que poseíamos con una combinación mortal de ataques superiores bien contrarrestados pero una fugaz intervención por la derecha, izquierda y ataque superior que nos haga terminar masacrados en cuestión de segundos -algo que pasará con más frecuencia de la que deseamos-, y que sirve para premiar o castigar la menor desatención en los combates directos.
Este componente, que suena increíblemente sencillo en la teoría pero resulta bastante complejo -y adictivo-, en la práctica, es uno de los factores que consideramos serán piezas fundamentales en el éxito que pueda tener For Honor, al otorgar al jugador una mezcla de emociones que puedan pasar rápidamente de la alegría a la frustración pura, generando altas horas de adrenalina entre cada combate y proporcionando una experiencia completamente diferente a lo que nos tienen acostumbrados los juegos de combate en línea. Si a esto sumamos la variedad de estilos de cada guerrero(a), ataques y personalización de combatientes, el juego en la beta nos hizo consumir fácilmente las 20 horas sin querer despegarnos del campo de batalla, algo que habla muy bien del nivel de rejugabilidad y adicción que engancha al título de principio a fin, especialmente por su capacidad de personalización de armas y despojos recolectados tras cada batalla -que podemos equipar, vender o desmontar-, para mejorar nuestras armas y armaduras previo al siguiente combate.
Calidad Gráfica
Para poner a prueba este juego, lo instalamos en la siguiente máquina
Plataforma de Pruebas | |
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Procesador | Intel Core i7 6700K @4.4GHz |
Placa Madre | ASRock Z170 Extreme 4 |
Refrigeración | Coolermaster Seidon 120XL |
Memorias | 16GB HyperX Predator DDR4 3333MHz (2x8GB) |
Tarjeta de video | NVIDIA GeForce GTX 980 |
Fuente de Poder | Silverstone Strider Plus 600W (80plus Bronze) |
Almecenamiento | SSD Corsair Force MP500 240GB M.2 NVMe PCIe 3.0 x4 SSD PCIe Kingston HyperX Pretador 480GB PCIe 2.0 x4 |
Sistema Operativo | Windows 10 Professional x64 |
La calidad del juego se seteo al máximo posible, y notamos algo muy particular al activar o desactivar una opción de filtrado.
Cuando tenemos el filtro de Supersampling Anti-Aliasing desactivado, el consumo de memoria VRAM disminuye considerablemente y los FPS rondan en promedio los 85FPS, con un mínimo de 73 FPS.
Al activar el filtro de Supersampling Anti-Aliasing, el consumo de memoria VRAM se duplica practicamente y los FPS disminuyen considerablemente hasta llegar a un mínimo de 25FPS durante el juego, y promediando los 52 FPS en total.
Pero aporta en algo este filtro? Para ello realizamos la captura de pantalla en la misma escena con y sin el filtro, para que saquen sus conclusiones.
Supersampling AA: OFF
Supersampling AA: ON
Palabras Finales
Un cuidado apartado gráfico y una espectacular banda sonora digno merecedora de un 10/10 por su capacidad de sumergirnos en la emoción de estos brutales combate, se se suman a una serie de animaciones de combate -las ejecuciones son un verdadero deleite de emociones y adrenalina-, y las brillante fluidez de movimientos que en ningún momento hacen sentir el juego tosco o pesado, se convierten en bazas claves de For Honor para una compra casi segura para todos aquellos que hayan dedicado una buena docena de horas a juegos como The Witcher 3 (en su modo oscuro) y Dark Souls con su dificultad infernal por defecto, por el nivel de complejidad de combate, adicción jugable y satisfacción personal que provoca el juego a la hora de empezar a dominar las diferentes técnicas de combate casi por completo.
Un aspecto a destacar es que el juego cuenta con micro transacciones, pero no hay ninguna que permita pagar para ganar. Todas son cosméticas, ninguna vuelve al personaje irreconocible, y ante todo, todas pueden ser conseguidas si juegas lo suficiente. Incluso, en oposición a Rainbow Six Siege, tienes acceso a todas las clases y facciones desde el comienzo – desbloquear clases solo te permite cambiarles la ropa. Incluso, en los modos de duelo se remueven todos los emblemas por lo que son más un trofeo o cuestión de vanidad que algo real y necesario para el juego. Aplauso de parado para Ubisoft, así debería ser siempre.
Para concluir, Ubisoft creó un producto de nicho que no es para todo el mundo. Este es un juego altamente casual, y a quienes les guste, les va a encantar. Requiere cierto coraje lanzar un triple A de esta calidad pero no sentir la necesidad de inclinarse por lo masivo y el mínimo denominador común, y es más que admirable que una compañía apueste millones de dólares en un proyecto de pasión. Si estás dispuesto a darle tiempo, aprender de sus intricados sistemas y pasar por alto sus pocas falencias (remarcamos, este game es único en su tipo por lo que todas sus ideas son nuevas), te vas a encontrar con una experiencia que recompensa la dedicación y tiene una curva de aprendizaje al mejor estilo de los clásicos. Pero, de nuevo, este no es un juego para todo el mundo, y eso también está muy bien. Incluso, que no te sorprenda que su adictivo modo online se convierta eventualmente en eSport.