Quizás la noticia que a continuación les relataremos no es «tan interesante» como hablar de un Computador Cuántico o de los rumores sobre las tarjetas de video ATI o NVIDIA. Quizás, tecnológicamente hablando, no se compara al iPhone de Apple o al quad-core de Intel. Sin embargo, sentimos que era algo que había quedado pendiente y sobre todo tratándose de un caso que causó bastante conmoción en el mundo y que involucró a varias personalidades de renombre. En efecto, como protagonistas de esta historia se destacan Mikhail Gorbachev, Bill Gates, y el actual Presidente de Rusia, Vladimir Putin. Sin duda alguna, un selecto grupo de personajes y todos centrados en un «modesto» profesor de una aldea rusa, Alexander Ponosov, por un caso de piratería que de algo menor, fue creciendo en magnitud hasta llamar la atención de la prensa mundial.
Para quienes no lo recuerden, Ponosov es Director de un colegio de secundaria en la aldea rusa de Sepych, el cual, luego de comprar PCs para el colegio, y comprobarse que supuestamente estos venían con Software de Microsoft no original instalado, fue acusado de infringir la ley de propiedad intelectual y enjuiciado en un proceso que podría haber terminado en su reclusión en Siberia. La cosa se complicó cuando el Premio Novel de
Una Jueza rusa desestimó las acusaciones contra Ponosov, echando a bajo cualquier intento de enjuiciarlo.
De acuerdo al Microsoft Watch,
«… el daño financiero causado a Microsoft es demasiado insignificante para justificar una investigación criminal.»
Un perito experto en el área demostró que el profesor había comprado los Computadores en Agosto del año 2005 pero que el Software pirata no había sido instalado en ellos nunca antes de Abril del 2006.
Hasta ese momento, todo iba «aceptablemente bien» para la parte demandante. Sin embargo, a último minuto, ésta cambió su posición acusando al profesor de usar ilegalmente el Software, por una semana, después de descubierto el caso, en vez de la acusación inicial de haber instalado él las copias ilegales.
En la demanda misma, la parte querellante mencionaba que lo anterior le habría costado a Microsoft $115 dólares. Frente a eso,