Keeley Houghton, una adolescente de 18 años, fué sentenciada a 3 meses en un reformatorio juvenil luego de declararse culpable de los cargos de acoso que se presentaron en su contra luego de amenazar a Emily Moore, compañera de escuela que atormentó durante cuatro años. Junto al abuso en persona le dejó mensajes indicando que la iba a matar pero con un lenguaje bastante más crudo.
Como si esto no fuera suficiente, Houghton lloró duratnte el juicio y volvió a amenazar a Moore diciendo que le daría motivos para llamar a la policía. Al parecer la adolescente había olvidado que tenía dos sentencias anteriores por crímenes similares.