Siempre se ha dicho que la barrera de los idiomas es sin lugar a dudas una tremenda restricción para el ser humano. Todo aquel que ha estado en otro país en el cual se habla un idioma distinto, lo ha podido comprobar. Además, para el desenvolvimiento laboral, también es una fuerte limitante lo cual ha obligado, para el caso de la comunicación verbal, a la creación de dispositivos de traducción en tiempo real o, para el caso de la comunicación escrita, los antiguos diccionarios han sido muchas veces cambiados por poderosos Softwares de traducción.
La Universidad de Carnegie Mellon («CMU«) está desarrollando un dispositivo de traducción en tiempo real que trabaja con los movimientos faciales en vez de con la voz audible. Los usuarios pueden incluso hablar muy silenciosamente mientras electrodos convierten los movimientos faciales en un lenguaje. Las palabras traducidas son luego enviadas a parlantes o audífonos de un Computador, en tiempo real. Visto por un observador externo, la conversación se ve como absolutamente normal.
El dispositivo se basa en poder captar los casi imperceptibles movimientos musculares de la cara y cuello del usuario. Es muy importante dejar en claro que el sistema de la CMU no es exactamente un mecanismo parta leer los labios tal y como sucedía en la película «2001: Odisea en el Espacio» cuando el Computador HAL 9000 lograba, por medio de esa forma, saber lo que la tripulación conversaba. Actualmente, electrodos deben ser fijados en la persona pero los investigadores no descartan que en un futuro no se necesitará de ellos y que todo el proceso podrá llevarse a cabo mediante el uso de cámaras.
Los sistemas tradicionales de traducción requieren que la persona hable y luego se debe esperar a que los Computadores lleven a cabo la conversión. Este tipo de sistemas generalmente tienen alta demanda y las milicia de los Estados Unidos, actualmente, se encuentra probando el IBM «Mastor», el cual requiere de voz audible para operar. En contraste a ello, el mecanismo de la CMU lleva a cabo la traducción al mismo tiempo que el usuario habla.
La CMU ha implementado dos de estos sistemas. Uno traduce del Chino al Inglés y el otro del Inglés al Español y Alemán. Hasta el momento, la base de datos de vocabulario es muy limitada, centrándose en no más de 200 palabras. Además, la precisión es del 80%. Sin embargo, los investigadores esperan alcanzar el 100% de traducción.
El gran problema de la traducción computarizada y de la traducción en general, es que la conversión literal de las palabras no es del todo correcta cuando la frase se emite en forma «coloquial»; esto se agrava mucho más cuando aquellas mismas frases pueden significar cosas distintas en diferentes zonas de un mismo país.