Siempre ha sido cuestión de debate si los videojuegos pueden influenciar o no a las personas en términos de definir acciones, creencias o estados de ánimo. Rockstar, la famosa Compañía creadora de la serie Grand Theft Auto (GTA), conoce muy bien este tema ya que sus juegos siempre están en el ojo del huracán, incluso acusados de influir en comportamientos sicópatas de las personas. Sin embargo, la serie GTA no es la única envuelta en ese debate y ahora otro videojuego ha saltado a la tarima de los acusados.
Un juego para Computadores, al parecer destinado a niños Cristianos que deben matar o convertir a los no-Cristianos, está causando bastante revuelo en los medios de prensa y organizaciones de distinto tipo.
Left Behind: Eternal Forces está basado en una serie de novelas de Tim LaHaye y Jerry Jenkins en las cuales se usa una interpretación bastante peculiar del libro de la Revelación mezclado con un poco de las profecías del Nuevo Testamento.
La trama es que Jesús ha retornado a la Tierra y se ha llevado a la mayoría de las buenas almas dejando a algunos Cristianos detrás, los cuales deben enfrentar a las fuerzas del demonio.
En el juego, se deben convertir o matar tales fuerzas. Si bien los jugadores pierden «puntos espirituales» cada vez que matan a un no-creyente en vez de convertirlo, éstos pueden ser recuperados rezando. Luego, rezar con el dedo en el gatillo parece ser la perfecta estrategia.
Irónicamente, el jugador no obtiene puntos espirituales por «mostrar la otra mejilla», como lo hacían la mayoría de los Santos Cristianos.
«Left Behind: Eternal Forces»
El gran problema con el juego es que está siendo distribuido por las principales tiendas en USA pese a que sus oponentes lo acusan de fomentar la intolerancia religiosa. También enseña a los niños a creer que el Secretario General de las Naciones Unidas es el anti-Cristo. Otros «chicos malos» incluyen artitas de rock y personas con nombres de claro origen musulmán.
Gran parte de la oposición al juego proviene del hecho que algunos grupos Cristianos creen que bajar a personas usando armas no es la mejor forma de llevarlos al camino del Cristianismo.
En cualquier caso, se requeriría de intervención divina para que algún niño, ya sea Cristiano o no quiera comprar el juego. Según los reportes, éste está lleno de fallas y los reviews que ha recibido no pasan la nota 3 de 10. Algunos más irónicos comentan que el creador del juego debe estar pensando que la crítica especializada está controlada por las fuerzas del mal por evaluar así su juego.
Un vocero de Left Behind Games indicó que el último objetivo al ofrece el juego era que los niños y sus padres lo asociaran y hablaran de la Biblia al jugarlo.