Es sabido que los videojuegos muchas veces ayudan a los investigadores a llevar a cabo una serie de estudios, los cuales generalmente se centran en el comportamiento humano y las actividades cerebrales. De estos estudios, hay de todo tipo, unos más extraños que otros, unos más convincentes que otros, etc. Sin embargo, el que a continuación les comentaremos, sin duda alguna es bastante peculiar, por llamarlo de alguna forma, y quizás un poco doloroso.
Científicos han modificado el conocido juego Pac-Man, para poder estudiar cómo el cerebro actúa frente al miedo. Si bien, está claro que este juego no es precisamente uno que genere mucho temor, los investigadores lo han modificado «un poco» para lograr sus objetivos.
De acuerdo a la revista Science, los investigadores juntaron a una serie de voluntarios para jugar un juego, muy similar al conocido Pac-Man, en el cual ellos debían moverse por un laberinto 2D con un personaje azul, mientras otro personaje rojo, el «depredador«, los perseguía. Si el depredador alcanzaba al jugador, éste recibía una descarga eléctrica. Simpático el experimento no?
Claramente, este tipo de juegos nunca se van a volver un éxito de ventas pero aparentemente, los investigadores se dieron cuenta que a medida que el depredador se acercaba, el jugador se asustaba y, a medida que ese temor aumentaba, ellos dejaban de usar la parte frontal del cerebro y se presentaba una mayor actividad en la parte media de éste.
El Dr. Dean Mobbs, del Colegio Universitario de Londres («University College London«) y encargado del estudio, usó un escáner MRI («Magnetic Resonance Imaging» o «Imagen de Resonancia Magnética«) para monitorear la actividad del cerebro, gracias a que el dispositivo muestra las regiones de éste que reciben más sangre y por lo tanto están más activas.
De acuerdo al Dr. Mobbs, y tal como lo indicamos en párrafos superiores, mientras el depredador se mantenía a cierta distancia del jugador, la sangre fluía en mayor cantidad hacia la corteza prefrontal del cerebro, zona que controla la actividad durante periodos de ansiedad y ayuda a coordinar estrategias de escapatoria para evitar la amenaza.
Sin embargo, de acuerdo al Dr., cuando el depredador se acerca, el flujo de sangre cambia a la parte media del cerebro. Esta sección es un área primitiva de éste, la cual controla actos reflejos tales como el decidir escapar o pelear.
El Dr. Mobbs destacó,
«Cuando se requiere de una respuesta rápida, el área media del cerebro puede inhibir la corteza prefrontal. Mientras más se acerca la amenaza, la respuesta de una persona se vuelve más impulsiva, lo que se traduce en una menor libertad de acción.»
El científico destacó, que en los seres humanos «modernos», la corteza prefrontal es mucho más grande que en el caso de nuestros ancestros, y por lo tanto, podríamos haber evolucionado para adaptarnos mejor en evadir situaciones de amenaza.
El Dr., finalizó diciendo,
«Probablemente nosotros somos ahora mejores máquinas para sobrevivir.»