Durante mis ejercicios mañaneros de elongación testicular me topé con este artículo en Consumerist donde una víctima de las garantías extendidas vio como repararon arruinaron su notebook al utilizar pegamento en vez de soldadura para reparar el conector de poder de su equipo, lo que me dejó pensando qué tan útiles son las garantías extendidas en electrónicos.
Tal como un seguro, las garantías extendidas que muchas tiendas ofrecen te prometen mil maravillas como proteger tu equipo por defectos de fabricación por hasta tres años y que si luego de cierta cantidad de fallas fuera del periodo de garantía normal puedes optar por un equipo nuevo. El problema es que muchas veces el «técnico» a cargo de reparar tu equipo sabe menos que tú y te dan explicaciones que son ridículas por decir lo menos donde le atribuyen tus problemas a la alineación astral del solsticio de verano.
El otro gran problema de las garantías extendidas es que una gran parte de ellas realiza el servicio técnico con un agente externo que no tiene relación con el fabricante de tu equipo, lo que puede traducirse en una infinitud de problemas cuando se traten de tirar la pelota los unos a los otros diciendo que ese problema en particular se tiene que tratar con el fabricante y éstos te digan que ya estás fuera de garantía (como fue el caso de los notebooks quemados por GPUs NVIDIA).
Cabe destacar que hay garantías extendidas que sí valen la pena como las que Dell y Apple ofrecen contra golpes, caídas y derrames de líquidos donde tienes una respuesta dentro de una franja de tiempo considerable y a veces hasta a tu casa llega el técnico para realizar el cambio del hardware defectuoso. Ahora la pregunta para los queridos lectores es: ¿Confían en las garantías extendidas?
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